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Entrenamiento oclusivo en el adulto mayor

¿Puede el entrenamiento oclusivo ayudarnos a envejecer mejor?

Salvo que Elon Musk pueda evitarlo con alguno de sus inventos, todos vamos a envejecer, de momento es inevitable.

Lo que si que podemos hacer es decidir como envejecemos, si con fuerza, salud y una capacidad funcional intacta, o enfermos, débiles y dependientes de terceras personas.

El proceso de envejecimiento a menudo se caracteriza por una disminución sustancial de la masa muscular, la fuerza y la función física.

Esta condición se considera un síndrome geriátrico llamado sarcopenia.

La presencia de sarcopenia se ha asociado con varias consecuencias adversas, como discapacidad, alto riesgo de caídas y fracturas óseas, mala calidad de vida y un mayor riesgo de mortalidad.

Sarcopenia y adulto mayor inactivo

Según el Grupo Europeo sobre Sarcopenia en personas mayores (EWGSP), la prevalencia de sarcopenia oscila entre el 17 y el 33% entre las personas mayores institucionalizadas.

Por lo tanto, un aumento en la fuerza y la masa muscular tiene consecuencias clínicas y de salud pública en esta población, y el entrenamiento de resistencia actualmente representa un tratamiento efectivo para controlar e incluso revertir la sarcopenia.

El entrenamiento de resistencia a altas cargas ha demostrado ser una forma segura y efectiva de impactar positivamente en los cambios musculares, estructurales y funcionales asociados con el envejecimiento.

El problema principal problema es que si bien el entrenamiento con cargas altas de fuerza puede tener un impacto significativo en el proceso de envejecimiento, su uso puede causar una sobrecarga mecánica excesivamente alta y contraindicada para poblaciones de mayor edad, especialmente si padecen osteoartritis, rigidez articular y otras comorbilidades, situación que suele ser muy habitual.

Si tan solo hubiera una manera de entrenar con cargas bajas, pero, a la vez, obtener los mismos beneficios que entrenando con cargas altas

Ah espera, ¡tenemos el entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo!

El hecho de que un paciente anciano no pueda tolerar cargas de moderadas a pesadas no significa que tengamos que ponerlo en el purgatorio de la rehabilitación.

Tenemos multitud de estudios que apoyan su uso con estas poblaciones, siempre siguiendo la lógica y el sentido común por supuesto, han reportado enormes beneficios.

Los resultados de la presente revisión sistemática y metaanálisis sugieren que la restricción del flujo sanguíneo (BFR) es una estrategia efectiva para aumentar los efectos del entrenamiento de resistencia de baja carga (LL) y la caminata sobre la masa muscular y la fuerza en adultos mayores.

Opciones para mejorar la salud de nuestros mayores.

Por ejemplo, en el estudio de Christoph Center, en comparación con el entrenamiento de resistencia de alta carga (HL), el entrenamiento LL-BFR produce cambios comparables en la masa muscular pero menores aumentos en la fuerza muscular.

En la review de Abel Plaza-Florido, determinaron que la adición de BFR al entrenamiento de resistencia LL o caminar es una alternativa de ejercicio efectiva para las poblaciones mayores, para quienes un entrenamiento HL tradicional podría estar contraindicado debido a comorbilidades o alto estrés mecánico en los huesos y las articulaciones.

En términos generales, los participantes en LI-RT en condición de BFR mejoraron su fuerza más que LI-RT sin BFR.

Es importante destacar que también se han informado mejoras similares en el entrenamiento de resistencia con BFR en comparación con los grupos tradicionales HI-RT sin BFR.

Recomendaciones de entrenamiento.

En la literatura y en nuestra certificación, puedes encontrar las recomendaciones para iniciar a los adultos mayores en el uso del BFRT.

  • Mínimo de 4 semanas para mejorar la fuerza y ​​la masa muscular en las personas mayores.
  • 2-3 sesiones / semana, al 20% de 1RM cuando se combina LI-RT con BFR.
  • 20 minutos al 45% de FCR cuando es aeróbico el entrenamiento (caminar).

El entrenamiento con BFR puede ser efectivo incluso con intensidades muy bajas (es decir, 20% de 1RM para LI-RT y 45% HRR para caminar).

Los ejercicios de press de piernas, extensión de rodillas y sentadillas han mostrado efectos beneficiosos en las extremidades inferiores y ejercicios de press de pecho, remo, flexión de brazos y tríceps en las extremidades superiores.

Conclusiones.

El entrenamiento oclusivo es una herramienta fundamental para algunas poblaciones como puedan ser los adultos mayores o personas en rehabilitación.

Recuerda que nuestra misión es ayudar a las personas a mejorar su salud y recuperarse de sus lesiones y debemos contar con todas las herramientas disponibles.

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